lunes, 10 de diciembre de 2007

MACIZOS ARTIFICIALES

Tras tomar un ligero “aperitivo” típico de la ciudad y tras relajarme en un banco de un pequeño parque junto a una pequeña laguna, me decido marchar a conocer las famosas pirámides egipcias. Visita obligada para todo turista que visita Egipto y más concretamente El Cairo.

Pregunto a una persona de la ciudad la manera de ir hasta ellas. Me ayuda y me sugiere la posibilidad de subirse a unos coches que me dirigirán hasta ahí. Una vez llego me encuentro con una gran masa de gente de apariencia occidental. La mayoría, ingleses, suizos y franceses. Junto a ellos hay un grupo de cinco personas españolas a las que me uno en cuanto les oigo hablar, pues un acento puramente navarro les delata. Una vez con ellos decidimos contratar a un guía para que nos lo vaya mostrando y explicando todo. Su nivel de castellano es más bien bajo, pero poco a poco nos vamos entendiendo.

Nos cuenta que las más célebres son las pirámides de Keops, Kefren, y Micerino, erigidas en la meseta de Giza, cerca de El Cairo, justo las que tenemos frente a nosotros.

-“Estas pirámides forman parte de la ultima etapa de la evolución, se trata de las pirámides clásicas, de caras lisas, de la Dinastía IV, (c. 2500 adC).

Las pirámides muestran, para su época, el gran conocimiento de los técnicos egipcios y la capacidad organizativa necesaria para erigir tales monumentos con medios muy simples; pero nada parece indicar que hiciera falta una tecnología superior a la que disponían los egipcios representada por "ingenios" de madera, trineos, y posiblemente usando la rueda, en forma de rodillos de madera, y las rampas.
No se sabe con certeza cómo se construyeron las pirámides, especialmente si tenemos en cuenta el número de bloques de la Gran Pirámide y el tiempo que, según las fuentes tardaron en construirla, los egipcios debieron colocar un bloque cada cinco minutos, o incluso menos.
La mayoría de los bloques de piedra eran cortados en canteras próximas al lugar de construcción. Se transportaban otros de las canteras del sur del país con ayuda de gigantescas barcazas. Los bloques se colocaban a continuación sobre trineos y se arrastraban con la fuerza de los brazos hasta su emplazamiento definitivo.
Previamente se procedía a limpiar el terreno, excavar canales para inundarlos de agua y así poder marcar líneas de nivel con las que preparar una superficie horizontal. Después se rellenaban los surcos. A continuación se excavaba la cámara subterránea y se comenzaba la edificación.”-, nos va relatando Mohamed Najim, nuestro guía.

De aquí pasamos directamente a la Gran Esfinge de Giza, Mohamed nos cuenta:

-“La Gran Esfinge de Giza es una monumental estatua que se encuentra en la ribera occidental del río Nilo, unos veinte kilómetros al sudoeste del centro de El Cairo. Fue esculpida, posiblemente, durante la dinastía IV de Egipto, (c. siglo XXVI A.C.).
podría representar al faraón Kefrén, teniendo eLa Gran Esfinge se realizó tallando un montículo natural de roca caliza en la meseta de Giza. Tiene una altura de unos veinte metros, midiendo el rostro más de cinco metros. La cabezal cuerpo la forma de un león. En épocas antiguas estaba pintada en vivos colores: rojo el cuerpo y la cara, y el nemes que cubría la cabeza con rayas amarillas y azules.

Los estratos calizos inferiores se descomponen fácilmente con la humedad del ambiente, pero la arena arrastrada por los vientos del desierto cubrió su cuerpo periódicamente, protegiéndola de la erosión durante siglos.
En época de Tutmosis IV, en la “Estela del Sueño” erigida frente a ella, se describe la promesa que le hizo en un sueño: sería elegido rey si despejaba la arena que la cubría.
Se tiene constancia de restauraciones desde la dinastía XVIII, durante el Imperio Nuevo.
En el siglo XX se llevaron a cabo trabajos de restauración y consolidación del revestimiento desde el año 1925, con resultados poco satisfactorios por las técnicas y materiales empleados, con posteriores actuaciones en 1980 y 1992.
En el siglo XXI prosigue la restauración de los desperfectos originados por la erosión.”-


Tras esto dejo al amable Najim y a los amigos navarros y me vuelvo directamente al aeropuerto de El Cairo. Entre la visita y el billete de avión a Grecia no me he gastado más de cuarenta libras egipcias que deberé de cambiar, así que todavía me queda bastante dinero. Embarco en el avión y nada más sentarme en el asiento caigo rendido, el avión despega y yo prácticamente ni me entero, echare una siesta hasta mi llegada a Europa…

Autor: Gerardo Rubio

1 comentario:

Mariela Gómez Ponce dijo...

Bueno... Hemos aparecido un poco tarde en el ciberespacio ¿Eh?
En clase, vemos los cambios... ya sabéis enlaces y todo eso. Lo sacaremos adelante, no os preocupéis.

De momento, sí que sabéis que toca escribir en Navidades :=) ... pero bué.

Un saludo